Luciano Cracogna, conocido en Twitter por el nombre de Guardiotactica, armó especialmente para mi página web un videoanálisis sobre esa definición que dio Pep.
Especial para vicentemuglia.com.ar:
Pep Guardiola hizo de los extremos una religión a lo largo de su carrera como entrenador. No sabría decir exactamente cuántas veces jugó sin ellos, pero debe ser sin dudas el director técnico que más los utilizó en los últimos 15 años. Incluso, él fue el encargado de devolverlos al juego, ya que al asumir en el Barcelona en el 2008, los viejos wines ya habían dejado de existir. Muchos creen que el uso de los extremos se debe a un tema de amplitud en ataque, un viejo axioma que dice que si queremos ser profundos necesitamos ser anchos. Pero durante una entrevista que realizó el año pasado, el entrenador catalán dijo una frase que llamó la atención al mundo del fútbol: “Hay zonas que son indefendibles o muy difíciles de defender”. A partir de ahí, comenzamos a detectar un patrón de juego en los ataques del Manchester City: extremos o interiores picando al espacio que quedaba libre entre lateral y central, propiciado justamente por la amplitud del equipo en ataque.
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En las última dos Décadas, precisamente promovidos por la claridad futbolística dejada por la influencia holandesa en “la Casa Barsa”, y extraordinariamente legado por Pep cual Catalán es (y ha sido) se reflejó en aquel Barcelona de Guardiola y siguió evolucionando desde su presencia en Báyer hasta el presente del City. Concuerdo en ello con fluidez que generan desde sus ‘Medios Centros’; basta encontrarle los espacios “explotables” al contrario en zonas de tres cuartos. Coincido y pienso a partir de allí, en que ambos espacios de cada lado de media luna rival, con sus vértices del área grande, son por lo general susceptibles de ser “agredidos” con ofensiva ordenada que aproveche las malas basculaciones (que siempre las hay) justo allí. Claro! ha de ser producto de triangulaciones (terceros hombres rotándose continuamente) y excelsa precisión en el pase hasta encontrar esos espacios. Suelen conseguirse y ganarse, al menos, una falta a favor.